domingo, 1 de marzo de 2015

La Mentira de la Libertad

Para la postmodernidad, la felicidad se halla, en su más pura manifestación, en la acción de comprar "libremente"; pero, bajo tal concepto de libertad, condición de posibilidad de la "felicidad", se esconde una profunda naturaleza excluyente; por ejemplo, cuando un ciudadano, común y corriente, visita un centro comercial, puede acceder al mismo libremente, y puede libremente desear comprar, lo que no puede es hacerlo efectivamente, porque la exclusión a tal posibilidad ha sido puesta en su capacidad de comprar, en la disponibilidad de los recursos económicos con los que cuenta; luego entonces, la falta de libertad y la consecuente infelicidad, en los regímenes afines al libre mercado, es tan común, como en cualquier gobierno totalitario, con diferencias de grado, ya que el punto lógico esta echado, un poco mas adelante, solamente.


Se reacciona a lo anterior, con una cierta incapacidad de dar, en donde se ubica tal falta de libertad; para la gente, eso no seria ausencia de libertad, puesto que, se les enseñó que, primero hay que trabajar, para poder ganar y después comprar, pero incluso, sin negar lo meritorio que, entraña lo anterior, es tan solo, un artificio, para distraer a la mente, haciendo retroceder el punto, en donde se da la privación de la autodeterminación; pero, podemos  responder con el mismo esquema hacia atrás y hasta el infinito, primero, ¿se es libre de acceder a un trabajo fácilmente? Segundo ¿puede el trabajador aspirar libremente a ganar lo suficiente?, por lo general la respuesta a estas interrogantes es negativa; pero, se insistirá en negar, la carencia de libertad; tal vez, engañados por la falta de inmediatez, para experimentar la imposibilidad en el ejercicio de su voluntad, ya que esta, en su simple expresión física, es la única clase de negación, con la que se educó a la sociedad.


Paradójicamente, la idea de necesidad, en la discusiones sobre la libertad, se introduce furtivamente, ya que permite dar fin, a los infinitos cuestionamientos que puedan hacerse, siendo, en realidad, una idea subrepticia, ¿necesidad? ¿De quién?; concedase la siguiente digresión, en sus orígenes, el liberalismo inglés, en voz de Stuart Mill, postulaba que, era la conciencia la que, configura al mundo, tesis psicológica, brillantemente refutada por Marx, para éste, por el contrario, es el mundo, es decir, el modo en el que, los medios de producción se organizan en un tiempo histórico dado, lo que determina a la conciencia del hombre, de ahí la necesidad de transformarlo; por otro lado, para poder determinar una necesidad, primero hay que determinar la naturaleza del hombre, y la de él, es libertad, proyecto de lo que llegue hacer por acción de su voluntad; ¿adonde quiero llegar? A considerar, como auténticas ideas apócrifas a la necesidad de producir y libertad de consumir, impuestas sobre la humanidad.


Retomando, es un hecho que, existen dependencias mas sutiles y perniciosas que, las que, se reducen al mero aspecto físico, como escribiera Spinoza "Sé cree que, sé es libre, porque se ignoran, las causas que nos determinan"; la sensación de frustración producto de la falta de libertad, sea, provocada por cadenas o la ansiedad, derivada de cualquier otro tipo de preocupación material, es la misma.


Quienes dominan, usan el lenguaje, para confinar la libertad de la sociedad, en un estrecho campo simbólico; acotando los significados, se limita las posibilidades de expresar con fidelidad y legitimidad, la justa inconformidad, de ahí, por lo cual, muchos de nuestros problemas sociales, se han vuelto intraducibles, al lenguaje oficial, donde solo hay cabida para conceptos vacíos como, estado de derecho, imperio de la ley, etc, a los que, no les corresponde ningún hecho, en la realidad; no se trata de que la libertad de pensamiento mine la servidumbre, sino de que la sustente; el viejo mandato "no pienses, obedece" contra el que Kant, se rebeló, considera Slavoj Zizek, alimenta la rebelión, por el contrario, la única forma de asegurar que, la servidumbre sirva al mantenimiento del orden social, es conceder la libertad de pensar; siempre y cuando se haga de entre la opciones, seleccionadas previamente, con lo cual se construye una falsa conciencia de libertad.


Para Wittgenstein "Los límites de nuestro lenguaje, son los límites de nuestro mundo"; traspasar las fronteras mentales que, nos impide acceder a una sociedad más justa, es una posibilidad que, ni remotamente obra en anaquel de nuestras ideas, fuera del libre mercado y la condición actual, esta, la utopía, la locura; por lo cual, permítaseme reconsiderar a la locura: "Alguien dijo una vez que la única diferencia que existe entre las personas que están dentro de las instituciones mentales y aquellos de nosotros que estamos fuera... es que nosotros somos mayoría, si ellos lo fueran, nosotros estaríamos adentro". Para Michel Foucault, lo anterior no era un chiste, sino, teoría sociológica, los que detentan el poder, determinan lo que es normal y justo, para provocar la caída en esta categoría de aquellos que, se opongan al mismo; la Locura, es el espacio creado, para clasificar, lo que el discurso neoliberal ha dejando inclasificado, fuera del mundo real del mercado; !Usted! no deberá protestar, solo se le permitirá trabajar y aceptar como bendición su actual condición, el sistema le brindará el poder de decisión, siempre y cuando escoja, lo que el orden de cosas, le ponga a su disposición, desear u opinar por fuera de eso, se considerará subversión; o  no es mas que eso, la reprobación que experimentamos, cuando formulamos la aspiración de un mundo mejor?, la lógica subyacente a todo esto, es la de una "libertad" de elección forzosa.


No se trata tanto, de reducir la verdadera experiencia de la libertad, a la simple manifestación interior, como los estoicos, porque nos mantendría alienados, como de que, el mundo exterior, con su orden económico y social, sirva para encontrar la oportunidad y medios para realizar la auténtica libertad, sin la artificial limitación.


sotelo27@me.com


















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