domingo, 28 de junio de 2015

El Ser y la Nada.

Jean Paul Sartre, fue sin duda, el último gran pensador del siglo XX, que reflexiono sobre libertad y se preocupo por dotarla de su estatuto ontológico.

Su defensa a ultranza de la libertad, lo llevó a confrontarse, con diversas corrientes de pensamiento, entre las que destaca la disputa sostenida entre Sartre y el estructuralismo de Levi-Strauss,  respecto a la cuestión de quién era el sujeto de la historia, para Sartre, era el hombre, para Levi-Strauss la estructura que se entreteje de cultura e historia.

También combatió la interpretación de la dialéctica de la naturaleza como fuente del cambio revolucionario del marxismo dogmático, de donde los comunistas habían heredado, la noción de que la dialéctica de la historia era el reflejo del de la naturaleza, a esto Sartre opuso la tesis, de que si ello fuera cierto, el hombre no tendría ningún papel que desempeñar en el cambio revolucionario, Critica de la Razón Dialéctica.

Sartre, fue un escritor prolífico, existe la anécdota de que en cierta ocasión, el director de cine John Houston, acudió a Sartre para la elaboración de un guión, que Sartre, elaboró en 400 páginas de un día para otro, al final, Houston, tuvo que prescindir del guión elaborado por Sartre, debido a que sus dimensiones, no se ajustaban a los tiempos de filmación.

Semejantes proporciones presenta el Ser y la Nada  (L' étre et le néant), obra fundamental del existencialismo sartriano, en ella, comienza desmarcándose de la sombra del cogito cartesiano y de las dificultades que ello entraña, para la justificación de un mundo exterior a la conciencia, 

A diferencia de Descartes quien creía a la conciencia punto cardinal, por donde atraviesa la experiencia, para Sartre, el mundo es tal como es, sin mediación de imagen o apariencia.

Sartre, distingue entre una conciencia prerreflexiva y otra reflexiva, la primera se da, cuando contemplo directamente la belleza de una flor, la segunda, cuando soy consciente de estar contemplando a la flor, en el primer caso, hay una relación directa de sujeto a objeto, en el segundo, yo mismo me hago objeto de mi propia reflexión.

Sartre, toma de la fenomenología de Husserl la idea de la intencionalidad de la conciencia, (Husserl, a su vez, la toma de Franz Brentano), la conciencia es siempre conciencia de algo, para Sartre, ese algo es puesto de manera trascendente o exterior.

Los conceptos fundamentales del Ser y la Nada son, lo en sí (l' en-soi) y el para sí (le pour-soi).

Para Sartre, "El ser es, El ser es en sí, El ser es lo que es" ibidem, es la masa básica, sólida y uniforme, de la que a través de la teoría del mundo como el reino de los fines de Heidegger, hará  emerger el para sí o la conciencia (le pour-soi).

Por ejemplo, a la conciencia se le aparece una silla, en principio indeterminada del resto de la naturaleza, la conciencia igual le da en determinado momento a la organización de la madera el significado de una silla, pero también puede, en otro momento, instrumentalizarla como una pila de leña para la hoguera, sin que esto implique, que la silla, sea creada por la mera conciencia.

Sartre difiere de la identificación del Ser y No Ser de Hegel, sin que con ello tenga que renuncia a su dialéctica.

La conciencia o el para si, es el desgarramiento del ser, de lo que es, en un principio indiferenciado, que al rasgarse y emerger de su seno la conciencia, crea un distanciamiento del ser, pero este distanciamiento es la nada, porque la conciencia está vacía y apunta hacia fuera de ella, su objeto no está contenido en su interior, la conciencia es por tanto, El no ser.

El ser en sí, macizo y sin conciencia no puede ser libre, pero el para sí o la conciencia, separada del ser, libre de sus determinaciones, si lo es, en este contexto, el para si, es un huir de lo que fue a lo que será, en busca de realizar su ser, su intencionalidad siempre señala más allá de lo que es, y lo que es, es su pasado o facticidad.

Para Sartre, el pasado es lo en si, mientras nuestro presente es la nada, porque nuestra conciencia, siempre es conciencia de algo, y ese algo es, nuestra dimensión de futuro.

Por eso, nuestro ser, no es, lo que es y es lo que todavía no es, Sartre dixit.

Sartre concluirá "Uno es, lo que hace con lo que hicieron con uno", es decir, no importa el pasado,  el futuro depende de lo que hoy escojamos ser.

sotelo27@me.com























domingo, 7 de junio de 2015

El Criterio de Verdad.

En la historia de la Filosofía, la búsqueda de la verdad ha estado asociada mas que a la posesión de una gran afirmación, al descubrimiento de un método de investigación.

Con la generalización de la especialización de las ciencias, la búsqueda de la verdad en la Filosofía de Inglaterra, que siempre se había mostrado refractaria de las corrientes de pensamiento de cuño metafísico, quedo confinada, al estudio de la vinculación estructural del lenguaje con el mundo.

Desde el enfoque de la filosofía analítica (Russell, Wittgenstein) y Neopositivista del Círculo de Viena (Schlick, Carnap, Goddel), la verdad o falsedad no descansa en los hechos, sino en el significado de las proposiciones que construimos para referirnos a ellos.

Por ejemplo, analizando bajo el anterior criterio de verdad la siguiente frase que, en más de una ocasión, habremos escuchado, "nadie posee la verdad absoluta", no daremos cuenta de lo cierto de esto.

Si la verdad es la correspondencia o coherencia de lo afirmado con un hecho de la experiencia, hablar de verdades absolutas, carece de sentido, porque la experiencia de lo absoluto, queda más allá del campo de la sensibilidad humana, no existiendo una realidad a la que ataña tal hecho.

Pero contrario a los filósofos analíticos y neopositivistas, los filósofos idealistas de la filosofía alemana, mantenían la convicción, de que ya fuera por la intuición, o por la razón, se podía acceder a la realidad de la verdad  absoluta.

Con el mayor de los respetos, solo reservaban el uso de esta categoría, a la verdad mas alta o primera causa, nunca para referirse a cuestiones triviales o secundarias, esto porque las proposiciones del idealismo de tipo monista, no solo poseen consecuencias lógicas, sino también ontológicas, es decir, afirman como es en sí el Universo, no solo lo describen paralelamente a él.
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Por ejemplo, Hegel creyó dar con la verdad absoluta, bajo la forma de un proceso infinito de autodeterminación y de autoconciencia en lo absoluto (Universo), lo que le lleva afirmar "Lo Verdadero es el Todo!", conclusión que es consecuencia de reducir toda la experiencia a las operaciones de la conciencia.

A finales del siglo XIX y bajo la influencia del pragmatismo de J. S. Peirce, William James, sostenía que la verdad vive "en gran medida apoyada en un sistema de crédito".

Actualmente existe un sistema de inferencias lógicas establecido, que nos permite formular proposiciones  objetivas del mundo, pero tal vez mañana exista otro, que no necesariamente niegue el presente sino que lo profundice y complemente, como fue el paso de la física newtoniana a la de Einstein.

Ciertamente el campo de las definiciones de lo que es la verdad, sigue siendo un terreno en constante evolución, mas no es incierto, a medida que nuestro conocimiento del mundo progresa, los paradigmas bajo los cuales lo entendemos van cambiando.

Esto no significa que la verdad sea relativa, si por tal entendemos que queda sujeta al capricho personal o de una valoración subjetiva.

Las proposiciones que afirman o niegan un hecho, son falsas o verdaderas dentro de su marco de referencia, y solamente son relativas, porque al tener el conocimiento como fin, el conocimiento total de las cosas del mundo, en relación a tal fin, cualquier conocimiento parcial de la realidad es relativo, no por su verdad o falsedad, sino en tanto es, solo un momento antes de alcanzar el conocimiento absoluto, Bradley dixit.

Imposible dar una definición de una vez y para siempre de lo que es Verdad, en lo personal, me gusta pensar en la verdad como análoga a lo que es la función matemática, una relación dinámica dentro de un marco definido entre antecedente y consecuente, sin negar, el hecho de que a veces el uso de la intuición, incluso hasta el sentimiento, pueden ser correctos.

sotelo27@me.com