domingo, 31 de mayo de 2015

Anular Votando.

En su obra El Superhombre de Masas, Umberto Eco, identifica como Anarco-conservador, a quien no admite ninguna propuesta política operativa, porque identifica los compromisos que ello implica, que afirma que toda la gente que se dedica a la política, lo único que hace es engañar al pueblo, que protesta contra los males de la sociedad, pero sobre todo, protesta contra los que protestan contra los males de la sociedad.

Para Eco el término designa aquel individuo que, bajo la máscara de una polémica dirigida contra los partidos políticos en nombre de una necesidad de mejorar, persigue, en realidad unos fines de carácter conservador, es un contestatario regresivo, un subversivo tradicionalista, L’uomo qualunque, El Superhombre de Masas Ídem.

En nuestro país, existe un movimiento de características similares; mismo que adquiere notoriedad, en cada proceso electoral y se aglutina en torno a la consigna de anular el voto, como expresión de rechazo a un sistema de partidos, que pocos resultados a dado a los problemas de representatividad.

Quienes están por anular el voto, se basan en un argumento bastante simple, sostienen que puesto que todos los políticos son iguales, no hay por quién votar.

Su justificación es un tanto arbitraria y tienden a desestimar las soluciones que otros tienen, consideran ser los únicos conscientes de los problemas sociales, en contraste con los crédulos engañados, por las mentiras de los partidos, por tanto, tienen la convicción de que la salida es anular; a lo que agregaría, para que todo siga igual, ya que prefieren esto que arriesgar.

Paradójicamente los que piden anular el voto, como señal de protesta contra el sistema de partidos, al mostrar unidad de propósito en un objetivo político, terminan por convertirse en aquello que buscan anular, porque en esencia, si un grupo de personas cuenta con un programa de acción y un objetivo político, aun cuando sea de carácter negativo, no han hecho sino erigirse en un partido, lo que evidencia su extravío conceptual.

Los que convocan anular el voto, parten de un diagnóstico equivocado, ya que no son los partidos, en tanto entidades ideales de organización política, los responsables de los desaciertos sociales, sino el uso indebido, patrimonialista y dinástico que de ellos se hace y esto solo se puede corregir, mediante el voto de castigo.

Contrario a lo que creen, la democracia se construye de manera optimista, afirmativa, asumiendo riesgos que en ninguna elección del mundo están ausentes, en razón de esto, es precisamente por lo cual el voto efectivo, es el mecanismo para dirigir nuestro destino.

De lo inconveniente que resulta anular, no existe mejor prueba, que la propia realidad, por ejemplo, históricamente nuestra sociedad a registrado altos índices de abstencionismo, 

Así como hoy se defiende, la idea de anular, antaño se hacía con la de abstenerse; si en el presente las cosas nos van mal, es en gran medida como consecuencia de no haber salido a votar anteriormente.

En nuestra sociedad, el sentimiento individualista se encuentra tan arraigado, que ha contribuido a que la idea de la responsabilidad compartida, sea un concepto extraño, tal vez por eso, los anulistas busquen, con esta acción poner a buen recaudo su parte responsabilidad.

En el fondo, la alternativa anulista, es más una acción estética y profiláctica, que una acción práctica, pretende ser el manifiesto idealizado del desprendimiento de lo mundano y aunque para estetas y ascetas pueda sonar atractivo, es del todo inconducente para el progreso de la vida social, en donde necesariamente se debe uno de salpicar con la realidad.

Por eso es insensato, seguir a los que por miedo al futuro piden anular el voto y con ello ayudar a mantener el estado actual, esperando que mediante el abstencionismo o anulismo se toquen el corazón, aquellos que han mostrado una reiterada insensibilidad a los ensordecedores reclamos de la sociedad.

Si algo hay que anular, es la desazón existente y esto solo es posible, saliendo a votar.

sotelo27@me.com






















 







domingo, 24 de mayo de 2015

Ciencia Contra Filosofía.

Con motivo de la publicación de  su obra El Gran Diseño, Stephen Hawking, declaró "Dado que existe una ley como la de la gravedad, el Universo pudo y se creó de la nada. La creación "espontánea" es la razón de que haya algo en lugar de nada, es la razón por la que existe el Universo".

Lo anterior le valió a Stephen Hawking, para derivar la consideración según la cual, la filosofía se volvia obsoleta ya que, las grandes preguntas de la humanidad, quedaban hoy contestadas por la ciencia.

Dicha opinión, fue secundado en algunos círculos, para los cuales la ciencia, en particular, la física de partículas, ofrecía la respuesta a la interrogante formulada desde tiempos de los presocráticos, a saber, ¿Cuál es el Ser de las cosas, sustrato en el que subyace al continuo flujo de cambios que experimenta la naturaleza?

Actualmente la física nos propone a la llamada partícula de Dios o Bosón de Higgs, como la unidad básica constitutiva de las partículas elementales que soportan toda nuestra realidad.


No obstante, debemos tener en cuenta que la teoría del Big Bang, preconizada en el Gran Diseño de Hawking, es completa solo al interior de su marco de referencia y de que, en la actualidad existen otras teorías, como la del gran rebote, y la teoría de cuerdas, igual de satisfactorias que aquella.

Pero volviendo al punto ¿es verdad que la filosofía ha perdido toda su pertinencia y no es mas que una reliquia de la historia?; Aristóteles dividía la Filosofía, en primera o metafísica, la cual se ocupa del ser, en tanto entidad mas simple e indeterminada y Filosofía segunda que se ocupa de todos los hechos en la naturaleza, ética, estética, etc.

Por tanto, carece de sentido dar por sentada la obsolescencia de la Filosofía, ya que esta, no solo se ocupa del ser del mundo, sino también, de una amplia gama de fenómenos humanos, y decir que la partícula elemental del Universo, es el Boson de Higgs, es decir nada, sobre el deber ser o la experiencia estética del hombre.

En realidad no existe una disputa o competencia como tal, entre la ciencia y la Filosofía, porque en el fondo, son actividades que se complementan, para Herbert Spencer, por ejemplo la filosofía y la ciencia, no difieren en sus objetos, sino en el grado de sus generalizaciones, y al tener la Filosofía como fin lo absoluto, sus generalizaciones serían mayores, pero no contrarias a las de la ciencia. 

Karl Pearson, consideraba que la ciencia en cuanto cuerpo de proposiciones, es una elaboración mental y que las leyes de la naturaleza son descripciones, mas no explicaciones últimas, mismas que se elaboran por economía del pensamiento, ya que, por cuanto se refiere a las entidades postuladas "Ningún físico a visto jamás un átomo".

Por último, Kant explica esta tendencia humana, que busca unificar el todo, en una sola proposición incondicionada, como el movimiento de la razón, que al operar por medio del juicio, busca una causa última o síntesis de todos los fenómenos del Universo, que por horror a una regresión infinita de causas, le ponga fin a la deducción por medio de un concepto límite, que sea causa y razón de su propio ser, sin necesidad de otro que explique su existencia, a este concepto algunos le llaman Dios, otros lo Absoluto y otros mas el Universo.

Como ocurre con la idea de lo Absoluto, que lleva implícito la idea de ser causa de su propia necesidad, zanjando, sin más, la cuestión, de que hay detrás de lo Absoluto, igual sucede con la idea de espontaneidad, introducida por Hawking como explicación de la creación del Universo, en realidad es un artificio retórico, porque el concepto anida en el mundo de la semántica y no en el de la experiencia.


Puede que tal vez, nunca conozcamos la razón última por la que existimos, sin embargo, la imposibilidad de alcanzar algún día la respuesta, no nos impide interrogarnos ¿porque existe algo y no, la nada?

Sotelo27@me.com









domingo, 17 de mayo de 2015

El Anacrónico Liberalismo en México.

Es llamativo el cambio de posición que, a lo largo de la historia experimentaron dos tendencias filosóficas, mas o menos contemporáneas, desde su origen enfrentadas, respecto a la interpretación del hombre y su vida social; por un lado, el romanticismo alemán, surgido como reacción a los inconvenientes de la era industrial y por otro, el liberalismo ingles, fundamento filosófico del capitalismo en ascenso, como sistema económico  hegemónico: al romanticismo se le considero en principio, un movimiento conservador y al liberalismo modernizador.

 

Sin embargo, a finales del siglo XIX, las cosas eran bastante diferentes, una vez evidenciados los estragos ocasionados por el industrialismo, que dio pie a diversas revueltas sociales como los movimientos ludista y cartista en Inglaterra, se resquebrajo la fe ciega en el liberalismoclásico, como justificación filosófica del sistema económicocapitalista mismo que, al asumir el carácter dominante, se transmuto en un sistema político conservador del statu quo.

 

Por el contrario, la critica elaborada por los primeros románticos HamannHerder, Rousseaupaso de un posición defensiva de la tradición a otra, en la que cuestionaba el orden establecido, pero en esta ocasión, tal orden social lo representaba la modernidad capitalista, por lo cual, algunas de sus criticas, adquirieron un talante progresista, como por ejemplo, la que señala la enajenación del individuo.

 

Esta perdida de vitalidad, no paso desapercibida dentro de los núcleos liberales de Inglaterra,  de donde surgió la necesidad de ponerlo al día, de tal modo que fuera capaz de legitimar el orden económico capitalista, para ello, echaron mano de algunos de los conceptos elaborados por Rousseau, por vía de la teoría del estado de Hegel, de aquí que, a este movimiento revitalizador del liberalismo se le llamara también neohegeliano.  

 

El liberalismo en su versión clásica, partió del error de la teoría estática de la económica, según la cual, basta con dejar actuar, sin interferencia o regulación legal alguna, a los individuos en el sistema de intercambio de bienes, para que las cosas sucedan como se espera; lo anterior en detrimento de la interpretación, también de origen ricardiana de la dinámica económica, basada en las leyes de la distribución de la riqueza, que sostiene que,  el mercado económico, no esta compuesto enteramente por individuos libres, sino por agentes económicos, que concentran poderes monopólicos, que dejados a su libre accionar, son causa de grandes desigualdades, 

 

La teoría de la distribución o dinámica de la riqueza, a diferencia de la utópica visión libre cambista de la interpretación estatica, presenta un cuadro nada halagüeño, pero cien por ciento realista, ya que se apoyaba, en la visión maltusiana de los rendimientos decrecientes, que prescribe que, a medida que mejoran las condiciones de vida, el aumento de la población nulifica su efecto, a no ser que, a esa nueva población se les margine del progreso, lo cual hace inevitable la lucha de clases en opinión de David Ricardo y posteriormente también de Marx.

 

Fue T.H. Green, Whyte Professor de Filosofía Moral en Oxford, quien se dio a la tarea de modernizar el liberalismo a finales del siglo XIX; Green penso, que podía paliar los efectos perniciosos del liberalismo clásico, mediante la reformulacion del concepto de libertad, fundamental en la teoría del libre mercado, el cual había sido heredado del utilitarismo de Bentham; para Bentham la libertad era de carácter negativo, significaba la simple ausencia de todarestricción o regulación legal, lo cual se avenía a los intereses de los que defendían el libre mercado, pero en opinión de Greenesto no podía ser, ya que la libertad, si en realidad era tal, tenia que ser afirmada en los hechos.

 

A partir de lo anterior y tomando como base, la teoría del estado de Hegel, según la cual, la verdadera libertad, es la mutua identificación de los fines del individuo y la sociedad o la unidad en la diferencia, es que Green, sostiene lo siguiente ¨La libertad es una concepción social, además de individual, se refiere a una cualidad de la sociedad y las personas que la integran, de aquí que, sea imposible un estado liberal, simplemente por permanecer al margen o de la inadvertencia política…la función del estado liberal, es apoyar la existencia de una sociedad libre y aunque el gobierno no puede hacer que la gente sea moral por ley, puede suprimir muchos de los obstáculos que pueden interferir en la vida de su desarrollo moral ¨.

 

Por lo cual para Green, libertad, no solo es la ausencia de regulación, sino también la eliminación de obstáculos que impidan el libre desarrollo de las facultades del individuo, y esto se logra mediante la intervención legislativa del estado, como por ejemplo al otorgar educación y salud gratuita o mediante legislaciones laborales que protejan al trabajador, de tal suerte, que el libre juego de las fuerzas del mercado, no impidan la plena realización de la gente, esta demás decir que estas ideas, están a la base del estado social europeo.

 

En su versión modernizada, el liberalismo, rescata el papel del estado para remediar las terribles desigualdades que produce el capitalismo, sin embargo, resulta curioso que en México, se aplique la interpretación primitiva del liberalismo clásico de hace doscientos años, que postula la supresión total del mismo en favor del mercado y lo que es peor aun, se presente con suma ignorancia, al rudimentario liberalismo, como teoría de modernidad y progreso.

 

sotelo27@me.com

 

 

 

 


domingo, 3 de mayo de 2015

Globalización y Utopía.

La utopía de una gran fraternidad universal, en donde no existan fronteras, ni distinciones nacionales, donde los hombres se reconozcan mutuamente, únicamente a partir de aquello que los hace iguales, ha sido un tema recurrente en la historia de la filosofía, así por ejemplo, este ideal da forma a la República de Platon, es el tema de la obra la paz perpetua de Kant y es el resultado de la lucha de clases en Marx.

En la actualidad, pese a lo mucho que se ha promovido la globalización, como la vía para realizar el ideal de una gran hermandad universal, en los hechos, poco a tenido que ver con el mismo; no obstante, en nada resulta extraño, salvo en los ingenuos, puesto que la creación de una globalización económico y comercial, nunca tuvo como propósito, promover la cohesión y solidaria de la humanidad, como si, el de ejercer un control a escala global, ejemplo de ello es que, lo único que ha favorecido, es el libre flujo del capital, más no el de las personas.

Presentado como el motor del progreso material de la modernidad, el liberalismo económico, no es mas que, el reciclaje de políticas conservadoras, que se nutren de la pobreza y la exclusión social y tienden a concentrar los privilegios en un breve segmento de la sociedad; si bien, en sus orígenes, el liberalismo económico, tuvo un carácter auténticamente modernizador, porque rompía con el tardío orden feudal, esto solo fue, en su comienzo, al ascenso del capitalismo, con la eclosión del Ancien Régime y la instauración del liberalismo económico, como sistema político dominante, pasó a ocupar el papel opresivo, que en sus orígenes tuvo la misión de derribar; es así que el liberalismo, de modernizador, pasará a ser un conservadurismo, al cosificarse en un orden social.

En esencia, el liberalismo económico, no defiende tanto la libertad, como un concepto radical de propiedad privada, el cual es su valor fundamental, esto es particularmente claro, en la obra de Robert Nozick, para él, el hombre, además de dueño de objetos de la naturaleza, también es dueño de su persona y en ejercicio de este derecho de propiedad sobre su persona, nadie puede obligarlo a compartir, su trabajo, dinero etc., de aquí, que rechace la idea de un estado de bienestar que redistribuye la riqueza.

Pero, pese a lo coherentemente lógico que pueda parecer lo anterior, es empobrecedoramente abstracto, no se ajusta a los hechos del mundo real y toma de aquel, aquello que se ajusta a su interés y termina por ser, una defensa a ultranza del egoísmo individual, prueba de esto es que, es en el concierto social y no en el aislamiento, como tuvo lugar en la historia, la concentración de la riqueza en las sociedades capitalistas, es decir, sólo en sociedad, con la suma de las energías colectivas, es como el hombre, ha podido alcanzar un grado de bienestar material sin precedentes; en el fondo, lo que el liberalismo económico pretende, es sacar ventaja de los beneficios que le proporciona vivir en sociedad, sin asumir corresponsabilidad.

Los defensores de la globalización en su vertiente neoliberal, pretenden en el fondo cambiar las reglas del juego a mitad del partido; una vez, que la solidaridad de la sociedad los ha beneficiado, empiezan a exigir distinciones a su favor, en nombre de su "libertad", cuando lo correcto sería que, si en realidad están tan convencidos de la bondad de su sistema económico y quisieran inaugurar una nueva era con él, deberían estar dispuestos a renunciar a todo aquello que han acumulado en sociedad y comenzar de cero como proponen que acepten empezar, el resto de los demás.

En la lucha por la hegemonía global, el neoliberalismo ha encontrado un obstáculo en el estado, el papel del cual, ha sido el campo de batalla teórico entre la derecha, indefectible defensora del neoliberalismo y la izquierda, para los primeros, el estado debe desempeñar un papel subsidiario al mercado,y a la familia, para la izquierda en cambio, un papel solidario.

En los hechos se ha demostrado que, presa del libre juego de las fuerzas del mercado, sin la intervención mediadora del estado, las sociedades experimentan, mayores concentraciones de riqueza y crecimiento de la desigualdad social.

Por eso resulta esperanzador, lo sucedido en Grecia, donde a los primeros de intentos de la troika, de imponer medidas de austeridad, que sacrifican a su población en afán de sostener un modelo económico neoliberal, la sociedad salió a votar, por recuperar un nivel de vida con dignidad.

Tristemente en México, por el contrario, llevamos mas de treinta años con experimentos neoliberales, que no han estimulado la iniciativa individual en grado tal, que haga claramente visibles las ventajas de mantener este sistema económico, y por el contrario, en orden de la magnitud, ha hecho imposible, no notar el desbordamiento de la miseria y marginación social, es deseable, que en el futuro, podamos llegar a ser una sociedad más igualitaria en el bienestar.

sotelo27@me.com