domingo, 5 de abril de 2015

Del Pesimismo al Vitalismo.

Como respuesta a los efectos de la modernidad y de la revolución industrial, una escisión, de la corriente principal de la filosofía alemana de los siglos XVIII y XIX, fue la única que, como movimiento, resistió al hechizo detrás del mito del perpetuo progreso, moral y material de la sociedad; y no tan solo resistió a su seducción, sino que incluso, desarrolló la más elaborada y aguda crítica a la era moderna ; los orígenes de este movimiento, se hallan en los precursores del movimiento romántico Sturm Und Drang (Tempestad e Impetu), especialmente en la obra de Johann Georg Hamann, y aunque a lo largo de los siglos, se les ha clasificado de diversa forma, comparten el común recelo a considerar la razón, como la máxima potencia del hombre, en detrimento del sentimiento, la voluntad o el instinto; destacando de entre ellos Arthur Schopenhauer y Friedrich Nietzsche.

En El mundo como Voluntad y Representación, Schopenhauer vuelve a la cosa en sí kantiana; pero para él, la cosa en sí será, la voluntad; Schopenhauer, sostendrá  la primacía de la voluntad, sobre la razón; para él, la razón, es apenas, el instrumento para realizar los fines de la voluntad, y esta voluntad no es otra cosa que, voluntad de vivir; la voluntad de vivir, es una voluntad que no cesa, es actividad infinita, en tanto vida apetitiva, que no puede alcanzar satisfacción alguna; el hombre busca su felicidad, que no es mas que, el hecho de saciar al deseo, el deseo no es otra cosa que, un sentimiento de vacío o privación, de ahí que, la naturaleza de la felicidad sea negativa, porque solo cobra vida en ausencia del deseo; cuando el hombre cree haber alcanzado la felicidad, no es mas que de forma temporal, porque una vez colmado ese deseo, la satisfacción cesa y retorna la naturaleza permanentemente desiderativa del hombre; porque en el fondo,  el hombre desea desear.

A diferencia de Leibniz, Schopenhauer, dirá que, vivimos en el peor de los mundos posibles; Impulsados por la búsqueda de satisfacción, la voluntad de vivir, se afirma en los demás; de ahí que, la fuente de todos los males del hombre, sea el hombre mismo; para  Schopenhauer, la vida, es un crimen de por sí, de aquí que, pase a explorar, las vías, para expiar esta culpa, hallándolas, en la negación del mundo a través de la vida ascética y el nirvana, influido, por las doctrinas hinduistas; por otra parte, también puede colmarse momentáneamente el deseo, en la contemplación estética.

Nietzsche, parte del mismo diagnóstico del mundo que, Schopenhauer, para ambos, el mundo es un reino de dolor, no obstante, Nietzsche busca en el Origen de la Tragedia, la respuesta que los griegos dieron, a esta circunstancia del mundo; para Nietzsche, los griegos comprendieron, el carácter terrible de la vida, pero se negaron a darle la espalda, como Schopenhauer, transformando esa realidad, por medio del arte; de aquí que, la expresión estética por antonomasia en la antigua Grecia, fuera la Tragedia.

Nietzsche, recupera el mito del dios griego Dionisio, símbolo del flujo de la vida misma y lo opone al de Apolo, símbolo de medida y límite; a partir de estas figuras, Nietzsche desarrollará la solución a los tiempos que, vivió y sintió en decadencia; Si el mundo y la vida, no son mas que, el escenario donde tienen lugar, toda suerte de sufrimientos, no quedan mas que, dos actitudes; cubrirlo con un falso velo de belleza y sentido, que sería, la actitud apolínea, alternativa que, le reprochara a los hombres cultos de su tiempo quienes, "han degenerado hasta convertirse en el mayor enemigo de la cultura, pues se empeñan en disimular la enfermedad general de la cultura"-; o abrazar con firmeza y valor la existencia, con toda su oscuridad y dolor, aquí, la simple voluntad biológica de Schopenhauer, es transmutada en voluntad de poder, por la que se decanta Nietzsche.

En este sentido, la teoría del eterno retorno de Así Hablo Zaratustra, no es mas que, la expresión de esa voluntad de la vida, ya convertida en voluntad de poder, por afirmarse en un mundo que, busca negarla o la resuelta decisión de aceptar el mundo, tal y como es; si el mundo es un páramo plagado de desdicha, la temeraria actitud de volver a vivirla y revivir el sufrimiento con valor, no es mas que, el triunfo de la voluntad de vivir; el nihilismo activo de Nietzsche, es dialéctico, era su manifiesto de una rebelión contra una cultura que, superficialmente progresa febrilmente, pero que, se encontraba al mismo tiempo corroída por dentro, por un nihilismo pasivo, expresado en un sentimiento de derrota que, a través de la destrucción constructiva, busca ser superada.

Como gran parte de la filosofía alemana del siglo XIX, la obra de Nietzsche y Schopenhauer, consta de una parte descriptiva y otra prescriptiva; pese a que esta última, por su excentricidad es la que mas cautiva, lo que  realmente hace imperecedera su obra, al menos para nosotros, en tanto, modernidad, es el análisis que hacen, de una cierta naturaleza humana ante la misma.

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